No ensucie mi agua

Dice el ex primer ministro británico, el señor T. Blair que, sin los argumentos de las armas de destrucción masiva, hubieran sido necesarios otras justificaciones, porque igual,Sadam Husein “representaba un peligro para la región”. El colmo del cinismo.

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Esa es la razón del fuerte. Igual se mandaron a muchos como a Allende, Arbenz y más recientemente a Aristide y al folclórico Zelaya. “No ensucie mi agua”, dijo el lobo al cervatillo. ¿Cónoce esa fabula? El cervatillo respondió: “Pero si estoy tomando agua abajo en la corriente”. El lobo, que solo buscaba una excusa para comérselo, le respondió “"Pienso verdaderamente que una decisión así, tienes que tomarla, tienes que encontrar lo que tú crees que es lo correcto", explicó el lobo, antes de avalanzarse sobre el cervatillo y devorarlo.

El tema no es qué tan "malo" haya sido o podido ser Husein sino el cómo simplemente basta con inventarse una "razón", como la del lobo, para que los poderosos hagan lo que les de la gana. Y lo peor es que lo reconocen, con todo el descaro y sin ninguna vergüenza.

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