En medio de los tempestuosos caminos de la vida, en medio de las crecientes crisis fiscales que amenazan a las grandes economías consumistas del mundo, en medio de las protestas de la primavera árabe y de las ejecuciones en México Lindo y muy cerca de los esfuerzos por hacer valer sus garantías laborales de un grupo de trabajadores de un pueblo originario que por derecho propio no necesitan ni ser ticos ni panameños y todavía más cerca de un puño de hormigas a las que pretendo intoxicar con unos restos de fresco de banano con mango y veneno baygón contra hormigas, en medio de todo, me recuerdo que antenoche pude leer "La Señorita Cora" de un solo tirón.
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